Tengo que tomar estos primeros días como un aprendizaje. Y no lamentar demasiado mi falta de previsión.
Fuera de temporada, como en este caso, es imposible encontrar hosterías y campings abiertos dónde poder lavar la ropa. Y los lavaderos automáticos, con autoservicio, no existen.
Ahora he leído y me he informado: lavaré en bolsas de plástico con poca agua y apenas jabón, para enjuagar donde se pueda y secar al aire libre.
Mi mochila ahora: una placa solar arriba; medias y calzones mojados colgando a los costados.
